Deshaciéndonos definitivamente de la desidia, decidamos destruir el decoro, derretir la determinación de detenernos.
Deseosos de delirio, desanudemos los dedos, descubramos despelotes, desvelémonos bien despiertos.
Desandemos huellas invisibles; desnudemos, despacito, nuestros destinos.
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